EVERLEIGH CZEISLER ROSENTHAL

Everleigh es una chica que no es demasiado complicada, al contrario. Ella tiene de ser aparentemente indiferente a muchas cosas, pero eso es quizá lo que la ha llevado hasta dónde está. Es más bien analítica, observadora y fría. No le gusta adelantarse demasiado a las cosas, ella es de la clase de personas que prefiere observar y analizar, nunca da un paso sin antes haberlo pensado dos veces. No es de la clase de personas que busque amigos en todas partes, ni tampoco de las que entrega su confianza a la primera, desde pequeña aprendió que los amigos se cuentan con los dedos de una mano y que nadie más que tu familia hará algo por ti. Aún así, siempre tendrá una sonrisa en su rostro de ser necesario, tampoco es como si el mundo fuera color rosa a su alrededor. No, también sabe cuándo ser así. Seria, responsable, no es de hacer bromas, o más bien no las hace con cualquiera. Debe haber una razón de peso para que ella decida que cierta persona es merecedora de su confianza. Dueña de una inteligencia y astucias envidiables. Por algo escogió una carrera que ante los ojos de los demás, es la más difícil. Tal vez tengan razón, pero eso a ella no le importa, sabe que es capaz de lograr cualquier cosa que se proponga. No, ella no necesita declarar lo buena que es en lo que hace, los hechos hablan por sí solos. Alardear cada cinco minutos sobre lo buena que es no es lo suyo.
Sí, tiene carácter fuerte, le gusta que las cosas salgan bien cuando ella y cómo ella quiere. Por lo tanto, cuando algo sale contrario a lo que ella esperaba, se irrita demasiado. Y no querrás estar cerca cuando ella exploté. No le gusta juzgar a las personas y tampoco permite que lo hagan con ella. Si crees que te reclamará, te equivocas. Ante todo, ella es una dama y las damas jamás pierden la compostura, el por qué es simple: Alterarse no te beneficia en nada. Cómo amiga es la mejor que podrías tener, hará todo lo que esté en sus manos con tal de apoyarte si llegas a necesitarla, pero si la traicionas, es mejor que te olvides de ella, no suele dar segundas oportunidades, a menos que haya una razón de peso para hacerlo. Aunque igual eso no garantiza que no se equivoque. En el amor, bueno, cree en él pero de momento piensa enfocarse en su carrera, no está cerrada a la posibilidad de enamorarse si llega a aparecer alguien que reúna todas sus expectativas y acepte su carrera sin pedir exclusividad. Sí, su carrera es parte importante de su vida. Tampoco suele entregarse a la primera, si te interesa, deberás demostrarlo con hechos, porque las palabras se las lleva el viento.
Con su familia es leal, amorosa. Respeta a sus padres demasiado y sobre todo, los admira. Con sus hermanos su relación es muy buena, principalmente con su mellizo y alma gemela. A ambos los quiere y protege, detesta a todas las mujeres que se acercan a sus hermanos pues piensa que ninguna es suficientemente buena para ellos. Los protege a su manera y jamás permitiría que algo les dañara.

Fue un 22 de noviembre cuando los hijos de la familia Czeisler Rosenthal vieron por primera vez la luz del mundo. Everleigh fue la segunda de los mellizos al nacer seis minutos después de su hermano Ethan. La familia Czeisler Rosenthal, no podía estar más feliz, finalmente habían llegado esos niños que tanto habían deseado y por partida doble. Ethan y Everleigh crecieron siendo cómplices en todo, desde travesuras de niños pequeños hasta encubrirse cuando alguno de los dos se escapaba para irse de fiesta o había cometido alguna falta que seguro sacaría de quicio a sus padres. Cuando tenían un año de edad, llegó a sus vidas Bastian, su hermano menor, pero no por eso menos querido por la familia. De igual forma siempre se apoyaban, pero la relación que había entre los mellizos era diferente, así como la que se desarrolló entre Ethan y Bastian, podría decirse que siempre encontraban la forma de molestar el uno al otro, o de competir entre ellos. Incluso, quién era capaz de conseguir más chicas. Everleigh se limitó a alejar a cualquiera de las ‘zorras’ que se acercaban a ellos. Era y sigue siendo demasiado celosa con ellos.
Durante el colegio Everleigh no fue la chica matada que se mantuviese pegada a los libros con tal de sacar buenas calificaciones, no. Ella era la clase de chicas que llegaba al colegio, ponía atención en las clases y leía de vez en cuando, podría decirse que tenía la capacidad para retener y entender fácilmente la información que se le daba. Solía salir con sus amigas, al cine, a pasear, a los clubes; sin embargo, si había algo que tenía claro desde el inicio, eso era el amor por la medicina. Había crecido entre estetoscopios, hospitales, batas y consultorios. Eran pocas las personas que creían que ella lo lograría, pues con su belleza, era más probable que encontrara un marido multimillonario que la sacara de trabajar lo más pronto posible, pero ella siempre tuvo en mente algo más.
Al entrar a la universidad decidió dedicarse por completo a lo que sus padres le habían enseñado: La medicina. Entrar a la facultad de Medicina no había sido fácil para ninguno de los gemelos Czeisler, porque desde el inicio habían dejado claro que no querían entrar bajo la sombra de ser ‘hijos del doctor…’ si no por méritos propios. Después de prepararse intensamente lograron entrar. No fue un camino fácil y menos el internado. Everleigh había pasado demasiadas noches sin dormir, la coca cola y el café se habían convertido en sus nuevos mejores amigos. De la chica que salía a divertirse iba quedando poco y para cuando llegó a la residencia se había convertido en una chica demasiado responsable.
La vida de residente ha sido más complicada de lo que cualquiera podría imaginar. Enfermos, muertes, peleas entre compañeros médicos, con el personal de enfermería, competencia, y una interminable lucha por ver quién es el mejor. Dentro del hospital Everleigh se ha encontrado con alguien que probablemente podría ser la horma de su zapato, un arrogante cirujano que la irrita cada que puede.
Actualmente se preocupa demasiado por las cosas que están ocurriendo en Londres, aunque hace todo lo posible dentro del hospital para ayudar cuando llega algún herido. Su temor más grande, es quizá que algún miembro de su familia pudiese resultar lastimado.